Puede parecer una contradicción en si mismo hacer tal cosa y para quien me conozca le chocará tanto que pensará que he caído en alguna clase de desgracia por la que lo abandono todo. Hay antecedentes como ‘La política y yo‘ o ‘Adiós a la política‘…, y si hablamos de las activistas sociales encontraremos tantas decepciones que igual hasta está justificado. Pero no, es solo una cuestión de lógica precisamente porque el bien común solo lo es si beneficia a tod@s.
Cada cual lo vemos desde nuestra perspectiva, somos distintas, y es imposible hoy día unificar la visión personal y la social de las cosas, por ello en la sociedad siempre existe conflicto y se conocen pocas experiencias que puedan demostrar lo contrario.
Para mas inri las ideologías no solo no ayudan sino que son causa, en muchas ocasiones, del conflicto social. Solo con decir que existen clases sociales, o reconocer que hay quienes estamos excluidos del poder ya tenemos suficiente para reproducir el caos en el que está la humanidad desde que existimos. ¡Mas caos no, por favor!, que está el planeta cayéndose a pedazos.
Las ideologías, igual que las creencias religiosas, forman parte del subjetivo colectivo que necesitamos para actuar como seres sociales. En el mismo lugar se encuentra la cultura y tras todo ello van los idiomas que recogen el conjunto terminológico/conceptual que permite entendernos y actuar en grandes grupos sociales. Todas ellas forman parte de nuestra esencia humana, y tenemos tantas que no hay forma de encontrar puntos comunes de encuentro para toda la humanidad que no sean algo mas que vagas generalizaciones.
Si la sociedad es de por si tan compleja, es lógico que hoy, con la manipulación y el postmodernismo conceptual, caminemos hacia la individualización general de una especie que por naturaleza somos justamente lo contrario: somos sociales.
En nuestra evolución encontramos sin embargo un patrimonio común que denominamos ciencia de la cual se derivan técnicas prácticas que nos permiten beneficiarnos a todas las personas, salvo si hay exclusiones sociales. Pero no confundamos la norma con las excepciones, por mucho que estas justifiquen el activismo social por los derechos humanos.
Las normas se crean cuando hay elementos que son comunes para todas las personas. El bien común debe tener por tanto normas, un método creado con los elementos que nos son comunes a toda la humanidad: somos sociales, racionales y emocionales, y sabemos cada vez mas de todo ello, hasta el punto de que existen nuevas especializaciones científicas que casualmente no se incluyen en la práctica política, salvo si es para la manipulación política.
Es necesario salir de la política para podernos situar en el terreno del bien común y desarrollar allí un método que pueda usar toda la humanidad para beneficiarnos tod@s, y dejar a un lado las discriminaciones, las matanzas, genocidios o represiones de cualquier tipo.
Personalmente he desarrollado un método, basado en mi experiencia y aprendizajes a lo largo de 45 años, que se puede leer en mis publicaciones; pero este artículo no va de hacerme publicidad, sino de hacer un llamamiento para crear un método de bien común, inicialmente ajeno a la política pero cuyo fin es devolver la política a la ciudadanía.
- Imagen procedente del diseño para Intercambios de Bien Común