Proteger la biodiversidad y cambiar la cultura para evitar los incendios y mejorar nuestra relación con la naturaleza
Los incendios de este verano han provocado la indignación de la ciudadanía con los responsables políticos que, una vez más, solo han estado para lavarse las responsabilidades haciéndose la foto. En estas situaciones la gente dice lo que piensa y se crea un cierto debate social, desorganizado, sin normas y con los conocimientos y desconocimientos de la sociedad tal como está.
La mejor prevención ante los incendios es un cambio cultural que consista en un cambio de la relación del ser humano con la naturaleza de forma que seamos responsables, manteniendo el equilibrio de los ecosistemas

Quizás no quede nada de ello dentro de un año y no se hayan producido cambios, ni haya dimitido nadie, seguirán los incendios y la desesperación por el abandono.
La causa de los incendios es humana en más del 50% de los casos, igual que la desnaturalización de los bosques, que han sido sustituidos por plantaciones de chopos, pinos o eucaliptos. En ellos no hay un equilibrio sostenido por la biodiversidad, algo que se queda para los deseos o las quejas.
Los bosques más resistentes a los incendios son los bosques que mantienen este equilibrio, gracias a su aislamiento de la sociedad humana, o porque la sociedad humana que los puebla aún no ha roto con la naturaleza (caso de los indios amazónicos).
Junto a los bomberos y militares de la UME están interviniendo voluntarios de las zonas afectadas y son muchas las personas que están reclamando la prevención en invierno para evitar que estos sucedan cuando llega el calor. En algunos pueblos de El Bierzo se han creado patrullas de vigilancia ciudadana y han corrido por las conversaciones los ejemplos de casos de prevención.
Recuerdo que alguien decía que por cada euro que se gasta en prevención se ahorra 5 en extinción, algo que indudablemente atrae visto el desastre de este verano.
¿En qué consiste la prevención?
Se puede entender por ‘quitar todo lo que pueda arder‘, desbrozar, recoger ramas caídas… ; ciertamente, resta material al incendio, si quitamos todos los arbustos y hierbas será difícil que arda, pero nos habremos quedado sin bosques si no quedan matorrales. Los bosques reciclan por sí mismos todos estos materiales que se generan que finalmente se incorporan al suelo creando un rico manto de humus del que se alimentan los árboles y todos los seres que lo habitan. Pero el ser humano interviene, haciéndoles arder o eliminándolos para explotar las riquezas del bosque.
En este debate improvisado falta un protagonista, el ser humano mismo que no se hace responsable de lo que hace, los primeros los políticos que han sido puestos ahí para asegurar la racionalidad y la convivencia positiva entre la sociedad y la naturaleza. No cumplen desde hace siglos. No nos engañemos, esto ha sucedido siempre, aunque vengamos con quejas desde la antigüedad.
No podemos dejar de intervenir en el bosque, ni tratar la naturaleza como un museo que se visita sin tocar nada el fin de semana para volver a la ciudad a consumir del supermercado, es un autoengaño. Siempre habrá intervención humana, la vida es imposible sin relación con la naturaleza, la cuestión es cómo es esta intervención para que podamos coexistir fomentando la biodiversidad, algo se supone prevenir de otra forma: cambiemos nuestra relación con la naturaleza.
No se trata de hacernos bosquimanos ni de irnos a la selva amazónica, es en el sitio donde vivimos donde hay que cambiar nuestra relación con los bosques, para que sea mejor la vida para nosotr@s y para los seres que viven de los bosques, como nosotr@s.

Una forma de empezar este camino es organizar este debate en cada lugar que tenga un cachito de bosque, o donde no lo haya, pero sea posible que crezca. En esos lugares, las personas que saben de ecosistemas, pueden aportar información valiosa para que las comunidades que aún pueden tomar decisiones en lo común lo hagan con sabiduría.
Y después llevarlo a cabo aunque no hayan asistido los políticos, y si es necesaria su intervención, cambiando leyes, o su actitud de abandono, o sus corruptelas… hacer lo necesario para que actúen o se vayan.
Tomar la responsabilidad requiere de instrumentos que ayuden a cambiar la cultura del bien común. Si es mejor prevenir, parte del presupuesto de extinción debe ir a manos de las comunidades que reclamen su derecho a prevenir. La extinción rara vez puede estar en manos de pueblos pequeños por la carestía de los instrumentos de extinción, pero no significa que no tengas sus cuadrillas y medios de menor alcance, en esos casos esa parte del presupuesto también la deben gestionar ellas.
Por último, todos los partidos políticos deberían dar por escrito su plan político para la preservación de los bosques, la prevención, la extinción, la cultura y los medios. Y, por tanto, cuál es su propuesta de cambios legislativos, ya que ha fracasado estrepitosamente la norma y la política actual.
Mientras tanto, no está bien que los responsables políticos actuales no asuman ninguna responsabilidad, deben dimitir, ya que han fracasado.
Toda la razón, pero no tengas ilusión porque dimita algún político, ninguno lo hará, están muy a gusto con sus buenos sueldos y sus culos pesados a sus poltronas, esto solo puede cambiarlo el pueblo y mucho me temo que en España eso no va a pasar, demasiado acomodados estamos la mayoría, para luchar por la España vaciada, que es el su gran mayoría donde se producen éstas catástrofes, mucho territorio a cuidar y poca densidad de población.Si añadimos a la pica inversión que nos hacen llegar para prevenir y la mala gestión en forma de leyes absurdas , hace que tengamos el caldo de cultivo perfecto para ver cómo desaparecen toda nuestra masa forestal bajo el hambre de las llamas y la poca intención de los políticos por cambiar algo al respecto.