La imagen está generada tras terminar la lectura del libro Amo a Rusia de Elena Kostyuchenko.
La imagen mantiene al Lenin de conceptos rusófilos pero el contexto cambia por completo:
En aquel caso el héroe aparece vinculado con ideas tradicionales de Rusia, aquí muestra un fondo frío, la tundra, similar a la que se puede ver en Norilsk, al norte del círculo Polar en Rusia, lugar incluido en su relato.
El frío es una constante que afecta al carácter de la gente. Se ve a las personas por la calle, ligeras para no helarse, con la piel de la cara contraída y los labios bien cerrados. Parecen personas frías. Sin embargo, en el contacto personal son extremadamente simpáticas, sociales, sonrientes, acogedoras. En época de escasez podían vaciar la despensa si llegaba un invitado.
Son esas personas, con la diversidad cultural propia de la diversidad étnica de Rusia, las que conducen a Elena a lo largo del relato, rescatando la humanidad que en ellas habita.
El corazón, que las envuelve en primer plano, da un contraste cálido que se impone a la fría tundra, es la fuerza de ese calor humano la que vence al frío y criminal estado que l@s domina, haciendo que el amor prevalezca sobre el odio que este genera.
El Lenin que las acompaña recupera, a pesar del estalinismo, su valor genuino.

