Con casi treinta años de experiencia en una empresa pública creo que puedo arriesgarme a decir que la innovación no lo ha tenido nunca fácil en donde el pagador es el presupuesto público. Hace tres años dejé de ser empleado de Renfe. Me fui hastiado personalmente y avergonzado como ciudadano.
Tengo mucho en lo personal de lo que quejarme, un lamento muy común que en mi caso fueron dos acosos laborales (bossings), incluyendo en el primero a un ejecutivo encargado de perseguirme. Pero quiero hablar de lo del título que es lo que nos afecta a tod@s porque espero que lo que tengo que contar nunca vuelva a pasar porque es dinero que aportamos todos. Pido disculpas si lo personal se cuela, no voy a dar ningún nombre, pero puse mucho empeño en innovar.
Tantos años bien se merecen varios escritos y una categoría propia que solo puede ser de donde fue, Renfe.