La revolución despierta en Bielorrusia con Svetlana Tijanóvskaya

La oposición política al dictador Aleksandr Lukashenko ha sacado a la calle a la sociedad bielorrusa en todas sus ciudades y muchos pueblos. La victoria electoral, que pueden haber tenido en las urnas pero no es posible comprobar, ha triunfado en los corazones de la mayoría de la sociedad. Muchos bielorrusos consideran a Svetlana Tijanóvskaya su presidenta.
Las elecciones tuvieron lugar el pasado día 9 de agosto en las condiciones habituales de ausencia de democracia en las que Lukashenko lleva ganando desde 1994. Algunos colegios electorales cerraron sus recuentos con resultados imposibles que daban al supuesto vencedor mas del 100% de los votos. Los interventores, forzosamente informales, de la oposición calculan que Svetlana puede haber recibido entre el 60 y 70% de los votos.
El recuento oficial atribuye a Tijanóvskaya el 9% de los votos y a Lukashenko el 80%. Una consulta en Telegram con 690.000 participantes ha dado el 59% a Svetlana Tijanóvskaya y el 2% a Lukashenko.
En la precampaña electoral ya se dieron detenciones. Su marido Serguéi Tijanovski, popular videobloguer y candidato de un grupo opositor fué detenido, aún sigue preso. Svetlana decidió presentarse en su lugar convirtiéndose en heroína hasta el punto que las otras dos candidaturas opositoras decidieron unificar el voto llamando a sus seguidores a votarla.

Las manifestaciones han sido pacíficas pero la represión muy violenta, incluyendo fuego real en el que se han producido muertes y al menos 7000 detenidos. La líder opositora Svetlana Tijanovskaya ha tenido que huir a Lituania tras pasar varias horas detenida en Bielorrusia. Se han producido numerosas huelgas incluida la dimisión masiva de los trabajadores de la TV pública. Se han dado también gestos amistosos de complicidad de la policía hacia los manifestantes y dimisiones en las fuerzas de choque OMON.
Días después de su exilio Tijanóvskaya ha pedido el cese de a violencia y ha anunciado la creación del Consejo de Coordinación, al que invita a la sociedad civil, para garantizar el traspaso de poder en el país.

En medio de la crisis Lukashenko ha recurrido al presidente ruso Putin, aliado tradicional, con quien tiene un acuerdo desde 1999 para acercar y unificar sus países en una entidad mayor. Las comunicaciones de ambos tras el encuentro no coinciden. Putin llama a encontrar un acuerdo y Lukashenko resume la entrevista con la amenaza de una intervención armada.

El acercamiento entre Bielorrusia y Rusia es una realidad, está presente en la vida cotidiana, en el endeudamiento con Rusia, en la hermandad cultural y lingüística pero también en la solidaridad de muchos ciudadanos rusos con la oposición.

Miles de manifestantes se han concentrado en el centro de Moscú y en la embajada de Bielorrusia para apoyar a la oposición y rechazar los métodos dictatoriales que también practica el presidente Putin. La oposición no es un aliado deseable para Putin en su proyecto de anexión, progresivo o brusco, pero tampoco se fía de Lukashenko quien toleró manifestaciones masivas en diciembre de 2019 contra el proceso de anexión, ha hecho gestos de aproximación a la UE, China y la OTAN, cuando el acuerdo troncal que mantienen es la defensa de las fronteras y las actuales relaciones exteriores.

La revolución en Bielorrusia tiene muchos motivos: la pobreza, el desempleo, los bajos salarios, los problemas en la educación y la sanidad y la reciente pandemia de Covid_19 que el régimen ha tratado con desprecio, al estilo del dictador brasileño Bolsonaro, Trump o el propio vecino, Putin. Pero esto no es una novedad, salvo la pandemia, los problemas vienen de lejos, algunos desde la descomposición de la URSS o la crisis de Chernobil. La pandemia parece haber ayudado al cambio de actitud de la población.

Los bielorrusos deben mucho su supervivencia durante la pandemia a las redes de solidaridad que como en otros países han suplido las deficiencias o incluso las negativas de ayuda de sus propios gobiernos y la sanidad. Han ayudado a l@s aislados, han hecho mascarillas, respiradores, ropa sanitaria… nos sonaría a todos en cualquier lugar del mundo. Estas redes han conseguido lo que la oposición política no fué capaz, han conseguido que los bielorrusos confíen en si mismos. Esa confianza les ha hecho mirar a Svetlana Tijanóvskaya que con un solo gesto y un mensaje sencillo, sin ser nadie antes se ha convertido en el líder necesario en ese momento. La realidad crea sus líderes si la situación lo demanda y existe la actitud adecuada de la población.

Han saltado algunas alarmas internacionales pues los actores de esta crisis no son solo Bielorrusos. En el rio revuelto quieren pescar la UE, EE.UU, Rusia, los vecinos ucranios y bálticos, la OTAN, China sin duda. Han saltado las especulaciones ideológicas pues Lukashenko enarbola la bandera roja del Partido Comunista de Bielorrusia con la que se encubre la privatización que hace a los bielorrusos sentirse propiedad del estado. El discurso ideológico no soporta un minuto los hechos y como la población los vive.

La investigación que hice ayer para este artículo se puede ver en este hilo de Twitter  ,también en los enlaces comentados de mi TL con el HT #Bielorrusia.
Por primera vez tras mi experiencia en Rusia durante la disolución de la URSS, puedo escribir de forma que se entienda de la misma forma a ambos lados del ya desaparecido muro de Berlín.

Los años y el aprendizaje parecen ser útiles :).

3 comentarios en “La revolución despierta en Bielorrusia con Svetlana Tijanóvskaya”

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