Resuenan los ecos de la reciente amenaza, parece que #Covid_19 vuelve a la carga. Se acentuará de nuevo la tendencia rural. Un refugio seguro, donde la distancia entre humanos es más habitual y la cercanía con la naturaleza cotidiana.
No hemos escuchado el aviso de la naturaleza. La adaptación a una agenda de equilibrio sostenible para la vida del planeta, que no podemos evitar, se hará más dura, a nuestro pesar.
El instinto del regreso apunta bien, pero necesita ayudas. Aprender lo que no se nos ha enseñado, experimentar y compartir, para adaptarnos a la nueva y precipitada realidad, porque no quisimos oír antes las voces del planeta. Estamos a solo 10 años del desastre irreversible anunciado por la ciencia; se queda corta la reivindicación, es más necesario que nunca un Ecologismo Transformador.
Cuando decidimos invertir, un fin de semana de cada dos durante diez años, eramos en el pueblo y para los urbanitas unos raros que habíamos aceptado a la primera las advertencias de la ONU sobre Cambio climático. Hemos aprendido la transformación ecológica por inmersión en el medio, práctica y error, aprendizaje de otras experiencias, y ahora podemos contar algo que ayude a otr@s aunque ellos mismos evolucionen y personalicen lo aprendido. De ahí vienen los recientes vídeos de #Agroecología y medio rural
El cambio no es sencillo porque el medio rural ha sido denigrado durante muchos años, destruido por la agricultura y ganadería industrial, empobrecido por los intermediarios y la centralización urbana. La reconstrucción humana, social y medio ambiental es necesaria también en los pueblos.
Donde podamos ir sería deseable que esa acción conjunta sea colaborativa y supere los choques culturales que anuncias las enormes diferencias en desarrollo humano entre la ciudad y el campo. Quizás los mejores destinos sean los pueblos amenazados por la despoblación, con casas hundiéndose y campos abandonados. También ahí hacen falta trabajos pioneros, que abran camino y minimicen los riesgos, con Repoblación Rural Asistida.
Si fuéramos más jóvenes podríamos también plantearnos quedarnos en las ciudades para llevar a cabo en ella la misma transformación humana, social y medio ambiental, el Cambio de Paradigma que precisa el planeta.
Sea cual sea la decisión no nos queda más remedio que mantenernos unid@s, solidari@s, ayudándonos como seres humanos, practicando a diario el Ecologísmo Transformador, compartiendo aprendizajes. Así es como la humanidad ha abordado sus retos, aunque siempre han coexistido los exploradores y quienes son más conservadores.