Adiós a la política

Tras los resultados de las elecciones del 26J quedaba muy poco a lo que agarrase para mantener la apuesta por un cambio político.

Las organizaciones que podían alcanzar un acuerdo provisional que permitiera dejar al PP fuera del gobierno no han hecho sino dar pasos contrarios pensados mas para afianzar su posición de oposición estable que para conseguir tal acuerdo, aunque este incluyera a Ciudadanos. Hasta un acuerdo de “politicas ligth” que evitaran castigos mayores a la ciudadanía habría sido suficiente para convocar elecciones en dos años, dando tiempo a los movimientos sociales para recomponerse. No son malos “per se” los acuerdos entre partidos, sino las políticas que se aplican con ellos.

Un gobierno del PP legitimará la corrupción y aplicará sin tregua cuanto le exija la Troika con la rancia alegría que han puesto en cada recorte social, a pesar de haber votado contra el la mayoría de la sociedad.

Aceptando que las lógicas del poder nos quedan lejos por la incapacidad de las organizaciones políticas y la trágica división de la izquierda, tampoco se ven movimientos en los llamados “opositores” para crear un frente social contra los golpes que vienen, para presionar en sus organizaciones por la democracia participativa o evitar la cómoda posición de oposición parlamentaria hasta que lleguen las siguientes elecciones, como han actuado siempre las fuerzas del bipartidismo. Quienes podían actuar así dejaron de hacerlo tras Vistaalegre en Ahora en Común y ahora en Unidos Podemos.

Parece que no solo ha terminado el ciclo del 15M sino que no queda nadie practicando las novedades políticas que nos trajo: el protagonismo de la ciudadanía, el derecho a decidir en cuanto nos afecte y la democracia participativa frente a la representación. Una parte de la sociedad nos hemos quedado fuera de la Política, algun@s que ya lo percibieron así antes de las elecciones optaron por abstenerse. Preciso es reconocer que hay quienes intentan mantener la “cara 15M” por si pasa algún viaje en el que apropiarse un sillón, un virus que se generó en las pasadas municipales que parece sigue vivo y activo en algunas personas a las que se les ve el ansiado sillón en cada una de sus acciones.

Hay muy poco que hacer en política aunque debiéramos hacer mucho, por eso entiendo que para no perder mas el tiempo, y ya que vamos a perder cosas mas graves, mejor dedicarme a otras cosas.
Si hay algo que merezca la pena seguro lo encontraremos en la red.  Ha sido un placer aprender aunque no hayamos tenido oportunidad de practicarlo.

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