Burocracia estalinista

El poder de la burocracia

Cuando hablamos de burocracia se nos viene fácilmente a la cabeza la burocracia estalinista, pero también podemos pensar en la actividad de cualquier funcionario en una oficina o una actividad que se desarrolla inundada en papeles o achacar a la burocracia cualquier gestión a la que nos vemos obligados. Es posible pensar que la burocracia es la actividad que hace que las personas sean burócratas.

Recorriendo la idea de un extremo a otro veremos que en todos sus estados está presente una capacidad exclusiva del ser humano, el poder:

Si tenemos la suerte de haber reducido nuestra actividad burocrática a una sola vez al mes pensaremos que no somos burócratas, tiene muy poco peso para que se nos identifique así. Pero si es tu trabajo no es inadecuado pensar que eres burócrata. Por suerte hay mejores versiones que nos salvan de las lacras que lleva asociada la idea, podemos decir que somos funcionarios o empleados de oficina.

Dejando el maquillaje a un lado, para entendernos, tenemos el poder de hacer acciones burocráticas. Son acciones que no hará nunca un animal, las hacemos solo los seres humanos desde que vivimos en sociedades complejas. No vamos a encontrar restos de burocracia en excavaciones arqueológicas si se trata de sociedades tribales. La gestión directa de los recursos de la comunidad no precisa de escribanos que tomen nota de la cosecha anual porque todos sus integrantes van a recibir los alimentos simplemente por ser parte de la comunidad.

¿Cuando y porqué empezó la percepción negativa de la burocracia?

Antes de los asentamientos urbanos existieron trabajos no productivos, brujos y artistas rupestres vivieron gracias a su comunidad que los alimentaba directamente y es probablemente el origen de la administración de recursos en comunidades asentadas mas numerosas. El estado y la burocracia nacieron juntos con el apoyo voluntario de sus comunidades y el reconocimiento a su labor.

La burocracia surge cuando hay una administración social de los recursos, cuando hay personas especializadas en hacer un trabajo que no es productivo de forma directa. No da cebollas ni platos de barro sino un reparto de recursos que se hace en beneficio de la comunidad. Se destina alimento para el sacerdote, para los soldados, para el jefe de la tribu, que hacen mejor su trabajo si están especializados. En ese sentido la burocracia es necesaria y su trabajo se percibe como un bien para la comunidad.
Aún hoy día un visitante al centro arqueológico de Roma se sorprende de los éxitos de la arquitectura y técnicas constructivas desarrolladas por los romanos. Muchas de estas técnicas siguen en uso, se anticiparon gracias a la organización administrativa del imperio que alimentó a miles de artistas, artesanos, técnicos, como nadie podía hacer en aquella época.

Hoy día también pensamos que el trabajo de los funcionarios es necesario por mucho que haya aspectos de su labor mejorables, como en todos los trabajos.

La burocracia crea sin embargo una posición nueva en la sociedad que le da una libertad que no tiene el agricultor.

El agricultor tiene un volumen de semilla y un número de bocas que alimentar. Si el tiempo acompaña, no hay plagas y hace bien su labor una decisión acertada sobre la cantidad que se destina a semilla y la que se destina para comer será muy satisfactoria para su comunidad.

Sin embargo si el escriba del templo decide mantener las cantidades destinadas a tropa, empleados de palacio y faraón con una cosecha mala está condenando al hambre a su comunidad en la que algunos individuos pueden rebelarse porque no les gusta pasar hambre. Tenemos el primer caso, que desgraciadamente fue muy común, y dió pié a muchas otras acciones de dudosa necesidad desde el punto de vista popular pero totalmente necesarias desde el punto de vista del rey o el emperador que no quería perder territorio o vivir peor que en años precedentes. Como ellos alimentaban al ejercito atacaron al pueblo usando una posición de poder privilegiada que no es propia sino concedida.

El estado y la burocracia están en el origen de la primera explotación, por la posición privilegiada que ocupan respecto a la sociedad para la que deben trabajar.

La burocracia y la violencia del estado

Esta posición de poder se creó inicialmente de forma voluntaria y se ha mantenido porque el estado siguió cumpliendo su función social, aunque de vez en cuando aplastara a los disidentes. Algunas veces generaron tanto rencor en la sociedad que fuera de palacio no había ni un solo aliado y perdieron la cabeza o se rompieron las lineas hereditarias en el poder.

El estado totalitario no es sino una versión extrema del poder del estado contra el conjunto de la sociedad para que no pueda siquiera formarse la disidencia. Supone una gran fuerza militar y una gran intervención en la economía para garantizarse los recursos que mantienen a los burócratas y militares que aceptan aplastar al pueblo. Los que no lo aceptan son los primeros en caer. La represión interna en el estado es siempre previa a la dictadura.

En este sentido la represión estalinista contra los bolcheviques, su propio partido, entre 1924 y el ejército, en los prolegómenos de la 2ª guerra mundial, son de manual. Recordemos que el estado y el bolchevismo fueron casi lo mismo desde la constitución de 1924 y que los revolucionarios disidentes fueron progresivamente reemplazados de posiciones de poder en la administración del estado por un ejercito de nuevos funcionarios, ajenos totalmente a la experiencia revolucionaria. Cuando Trotsky se quejaba de la falta de democracia, para acusar a la burocracia, se quejaba en realidad de su derrota que había firmado apoyando la constitución de 1924.

En la URSS mientras caían los bolcheviques resistentes, se producía una guerra contra la sociedad por la colectivización forzosa ( murió un millón de campesinos y casi desapareció la ganadería) que conducía el excedente a los despachos de la burocracia para ordenar el reparto según su criterio, el gosplan, el plan quinquenal.

La burocracia y la iniciativa social

Sin duda cuando se produjo el cambio legal los bolcheviques tenian el apoyo político de la sociedad sino esta se habría rebelado para impedirlo, pero no se puede extraer del apoyo pasivo un compromiso activo propio de personas empoderadas porque tal cambio requiere periodos mas largos de paz que no existieron entre 1917 y 1923. En la guerra salvar la vida es mas importante que organizar la economía y la vida social, es el ‘estado de guerra’.

En 1924 Stalin que nunca fué buen estratega político ni tenía dotes especiales en las que destacar, como persona ‘gris’ que era, estaba muy bien posicionado en la burocracia del estado. Una posición tomada en los años de la guerra civil cuando la administración del estado abastecía al ejercito revolucionario dirigido por Trotsky y mantenía un poder básicamente político, sin una base social sólida. Recordemos que la clase obrera era solo el 5% de la sociedad y el campesinado, la inmensa mayoría, siervos feudales.

Era un gobierno obrero por su voluntad, no por su base social y para mantenerlo el poder político fomentaba para las responsabilidades en los soviets el nombramiento de bolcheviques. Stalin como secretario general del PCUS desde 1922 era el primer responsable en la línea de nombramientos.

La fidelidad entre bolcheviques sustituyó progresivamente al poder en los soviets creado por la movilización social. Igual sucedió con las propias estructuras del poder.
La estructura militar administrativa, que ejercía la dirección política, tomaba de forma natural el camino de menor resistencia, las relaciones partidarias, porque la democracia es lenta y más en un país tan atrasado. El teléfono era mas rápido si al otro lado había un amigo.

El triunfo del partido ponía en evidencia la derrota interna de la revolución, se había acabado la iniciativa social y en su lugar la burocracia lo movía todo.

Es posible encontrar en todos los estados de nuestra historia estas lineas de nombramientos que crean familias y apellidos propios del poder, lazos que crean la estructura del estado, nepotismo. Es una de las razones de la supervivencia del franquismo, sus relaciones internas con el estado les mantienen en una posición privilegiada sobre la sociedad, en ese sentido el franquismo y los estados fuertes o totalitarios reproducen unas relaciones de poder propias de la burocracia.
La burocracia del estado favorece la hibridación de intereses entre quienes tienen poder en la sociedad y el poder de la maquinaría del estado.

Se ha dicho en numerosas ocasiones que el estado es una herramienta al servicio del poder de una minoría, eso cierto, pero es preciso saber como sucede si quieres cambiar algo.

Burocracia y corrupción

Se produjo un trasbase de poder silencioso, sin choque social, de los soviets a la estructura política del PCUS. En sus últimos días aún era común en la URSS el uso por la estructura del estado de ‘impulsores’, los que estando en el sitio adecuado movían los hilos para conseguir cosas necesarias que el propio sistema no garantizaba por sus cauces oficiales. Se usaba para ellos otro nombre ‘Mafia’ porque estos hilos eran verdaderas relaciones de poder que finalmente movían informalmente una riqueza por cauces externos a la planificación.

La planificación económica y la corrupción fueron hermanos gemelos. Era imposible poner un policía a cada ciudadano para que movieran sus habilidades tal cual estaban planificadas. El error es dificilmente estimable y la información que llega por una estructura jerárquica se modifica en el propio proceso de transmisión por los intereses que hay en la escala que transmite la información.

La serie sobre la catástrofe de Chernobyl lo muestra a la perfección. Los responsables de la central ocultan los niveles de radiación para evadir su responsabilidad. Como consecuencia murieron muchas personas por falta de medidas adecuadas a tiempo.

Durante el proceso de absorción de las empresas de Alemania del Este fue imposible evaluar o identificar correctamente sus activos porque contabilidad y realidad no tenían prácticamente puntos de conexión.

La mafía es en la Rusia actual el siguiente poder tras el poder del estado. Cuenta con sus propios ejércitos, redes de influencia y administración.
Los impulsores reciben en occidente otros nombres como ‘lobistas’ por representar los intereses de multinacionales en los despachos del poder, y su acción, que llamamos comúnmente corrupción, puertas traseras, giratorias, etc; es tan vieja como los estados mismos.

Un político que accede a una posición privilegiada temporalmente tiene la opción de corromperse siempre porque hay en la sociedad poderes muy interesados en usar las posibilidades que les da tener sus propios agentes en el poder estatal.

Se corrompen porque en su relación con el aparato administrativo del estado, estructura ministerial, obtienen una posición privilegiada que les permite acciones imposibles desde fuera, es una gran tentación repartirse los ministerios, ahí se reparten las ‘mamandurrias‘ que les hacen olvidar que lo común de la sociedad no es suyo.

Mientras haya estados habrá corrupción porque no pueden prescindir de la burocracia y su estructura crea posiciones privilegiadas para quienes los gobiernan, opacas para la sociedad que los ha puesto ahí.

La cultura burocrática

Quien no ha estado nunca en la posición de la burocracia y del poder del estado no actúan como quienes ya llevan un tiempo, aún no han aprendido. Hay posibilidades de que su práctica e intenciones iniciales coincidan, pero aprenden rápido por los beneficios personales que les comporta su nueva posición. Hay otros que sin embargo ya conocen estas posibilidades sin haberlas tocado y consideran su participación en política como el camino natural para acceder a esa posición de privilegio.

Hay otros que ya tienen una posición de poder en la sociedad, poder económico, influencia cultural… y ven en la posición privilegiada que ofrece el estado una posibilidad de fortalecer lo que tiene o entroncar con las familias del poder burocrático.
Todos ellos aprenden la cultura burocrática, aprenden a corromperse. La alternancia en el poder crea hasta una diplomacia entre quienes tienen esta cultura y con los empleados del aparato burocrático.

Se toleran pequeños hurtos en las oficinas, en los depósitos de combustible, en la apropiación de materiales, en acceso privilegiado a servicios que tienen cola para el público… de esta forma se consigue la complicidad para la gran corrupción que acompaña siempre al poder del estado. Hasta el empleo estable es motivo de chantaje a los funcionarios por estar a salvo de la precarización generalizada, y entre ellos hay quienes saben ‘salir en la foto’ haciendo lo posible para dar brillo y favores a sus señorías de forma que asciendan en la escala burocrática del poder.
En la URSS hasta el ciudadano común jugaba a la corrupción haciendo regalos a los funcionarios para que impulsaran sus asuntos. ¿A que habéis visto esto de los regalos y no era la URSS?. Yo mismo he visto a un obrero del nivel mas bajo en la empresa llevarle un saco de melones a un capataz para que le encargara trabajos que incluían horas extras. Hasta favores sexuales cuando son voluntarios y abusos cuando es habitual entre los jefes.

Se crea una tolerancia cómplice con la ineficacia porque los funcionarios son la vía para conseguir informaciones tras las que vienen negocios ilegítimos.

Quien se ha acostubrado a esta posición privilegiada y a su cultura difícilmente la pierde por salir de las condiciones en las que la ha aprendido. Inconscientemente reproduce las mismas prácticas donde esté porque no quiere perder poder. Se siguen sintiendo superiores, distantes, especiales y no dudarán en meter mano en lo ajeno pues es lo normal en el estado.
La cultura burocrática se puede transmitir por organizaciones que, no siendo el estado propiamente, han asumido sus relaciones jerárquicas y redes clientelares como una forma de poder en cualquier organización por la que pase. Hoy día el Partido Comunista de Rusia sigue funcionando internamente igual que lo hacía cuando tenía el poder del estado, y otras organizaciones políticas, ideológicamente hermanas, aplican sus fundamentos ideológicos de la misma forma.

Sin embargo, aunque el estalinismo haya sido puntero en unas prácticas que nos han descubierto la naturaleza de la burocracia, no debemos engañarnos. La burocracia está en todos los estados y en todos ellos reproduce sus prácticas: la corrupción, las redes clientelares, el uso del poder para terceros, la cultura de la apropiación de recursos públicos, la ineficiencia, la violencia contra la sociedad, la cultura burocrática…

Podemos dotarnos de mecanismos para la reeducación de personas contaminadas por la cultura burocrática, ellas mismas se sentirán mejor con unas relaciones sociales no contaminadas de burocracia.
Podemos hacer organizaciones mas democráticas, incluso horizontales, aprobar toda clase de medidas de transparencia…. pero no podremos evitar que en el estado se reproduzcan estas condiciones porque es allí donde la posición de poder privilegiado que obtienen respecto a la sociedad las genera.

Para resolverlo definitivamente tendremos que dotarnos de una herramienta para el poder de la sociedad que por naturaleza no reproduzca las condiciones que generan la burocracia, su poder corrupto y violencia contra la sociedad. Yo le llamo poder distribuido, pero ya no queda sitio para explicarlo, lo vemos en otro sitio. En HipatIA del Bien Común tenéis un adelanto.

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